Se debe permitir el celular en la escuela? Cuáles son los inconvenientes de su uso en la práctica docente? Como podría legislarse sobre el tema? Cada escuela debe normarlo o debe existir una reglamentación regional?
Por seguridad de los padres, control o cualquier otra finalidad, es muy común encontrarse con muchos celulares en las escuelas primarias y secundarias.
Esto se convierte en un problema para los docentes, preceptores y directivos.
A raíz de una serie de situaciones
delicadas que se han presentado en diversos planteles educativos, es necesario
establecer criterios consensuados para determinar el buen manejo de los
teléfonos. Han sido numerosos los casos que han surgido debido al mal uso que se les da a estos aparatos, por lo que es necesario reglamentarlo para evitar más quejas al respecto.
Sin embargo, la situación es una responsabilidad compartida entre padres de familia que optan por adquirir estos medios de comunicación a sus hijos, por lo que es recomendable una supervisión desde los hogares, para que los estudiantes no se vean inmiscuidos en situaciones bochornosas.
El uso del celular en el aula debería estar prohibido, en primer
lugar, porque es un elemento perturbador que rompe con los tiempos que debe
tener el aprendizaje: es un elemento irruptivo
Genera en los chicos expectativas contrarias al clima que debe haber en
la escuela para cumplir los objetivos pedagógicos.
Aunque prohibir parezca un verbo políticamente incorrecto y pocos se animen a usarlo en educación, se oyen cada vez más voces que reclaman límites.
La mayoría de los chicos lleva el aparato a la escuela por seguridad y contacto con la familia, pero en el aula los celulares no deben estar, debemos llegar a tener una
normativa.
Más que prohibir, la norma debe dejar claramente
establecida la responsabilidad del uso, la propiedad y los espacios
para el celular.